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¿Para quién gobiernan? 31 marzo 2014

Posted by Antonio Rubio Calín in Opinión.
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En realidad es una pregunta retórica. Antes incluso de que este artículo esté terminado, el presidente francés François Hollande habrá nombrado como Jefe de Gobierno al actual ministro del Interior, Manuel Valls (Barcelona, 1962).

La debacle del Partido Socialista Francés tras la culminación del proceso de elecciones locales, de la que sólo se salva París, cuya futura alcaldesa, Anne Hidalgo, comparte orígenes ibéricos con Valls, ha precipitado la crisis de un gobierno que casi a mitad de la legislatura manifiesta claros síntomas de desorientación e incapacidad para dar respuesta a los graves problemas que tiene planteados la población francesa, derivados, cómo no, de la crisis económica y de las recetas austericidas de la “Troika”.

Si la derrota humillante de lo que representa el “socialismo” de Hollande es importante, no lo es menos la abstención registrada, un 37,3%, una cifra desconocida desde hacía decenios en unos comicios franceses. Humillante, además, porque la ganadora ha sido una derecha dividida y acosada por los escándalos: presunto desvío de fondos del presidente del partido, Jean-François Copé; grabaciones piratas del asesor áulico Patrick Buisson a Nicolas Sarkozy, y escuchas judiciales al ex jefe del Estado, implicado en seis casos de corrupción.

El Partido Socialista ha perdido ciudades tan emblemáticas como Limoges, en manos de la izquierda desde 1912, o Toulouse.

El ascenso de la extrema derecha de la mano de la hija del exparacaidista fascista Le Pen, Anne Marie, da una idea de lo podrido de la situación. Le Pen simboliza la antítesis de la República y ha jugado con los sentimientos más irracionales del pueblo: el miedo al extranjero que “quita el puesto de trabajo al nacional”, la precariedad laboral, la inseguridad ciudadana, patrimonio también del “otro”, del que viene de fuera. Un “nuevo populismo” que algunos, ella misma, quieren vincular a un “peronismo a la francesa”: la superación de derecha e izquierda, el euroexcepticismo basado en la identificación de Europa como cuna de todos los males de la sociedad gala, algo a lo que las instituciones europeas parecen empeñadas en certificar.

El discurso de Le Pen ha calado hondo en las masas lumpemproletarizas pero también en una clase trabajadora desorientada y asqueada de imcumplidas promesas y de ver como el presidente que llegó al poder con un discurso ilusionante se ha rendido al capital, las grandes patronales y la Troika.

Y ante esto, ¿Cuál va a ser la solución? Colocar en el Palacio de Matignon al representante del ala derecha del socialismo francés. Manuel Valls se define a sí mismo como “blairista”, partidario de la ‘reconciliación de la izquierda con el pensamiento liberal’. Obsesionado con la seguridad ciudadana y partidario del endurecimiento de las políticas contra la inmigración o el derecho de asilo. Es un defensor a ultranza de la elevación de los años de cotización para alcanzar la jubilación, defiende 41 años, y de los regímenes especiales frente al ‘régimen general’ en la seguridad social. Además se ha mostrado como un furibundo enemigo de todo lo que huela a protesta de carácter ecologistas: Es conocida su oposición a las protestas anti-trasgénicos y antinucleares.

Para rematar la guinda biográfica, fue un fidelísimo seguidor de Dominique Strauss-Kahn.

Este es el hombre en quien Hollande va a depositar la jefatura del Gobierno francés tras asegurar “que ha entendido” el mensaje de la ciudadanía. A mi, personalmente, me recuerda aquello que dijo otro ilustre “socialista” español, Felipe González, cuando tras la apuradísima victoria de las elecciones del 94 dijo aquello de “He entendido el mensaje”. Todos sabemos cómo acabó la historia.

Parece que cuando la izquierda socialdemócrata en el poder empieza a recibir descalabros, derivados de su torpeza política, entiende que lo que tiene que hacer es gobernar como la derecha e ir más allá aún, no corregir el rumbo e imponer políticas de recuperación y potenciación de los servicios públicos, incentivar el consumo por medio de políticas salariales racionales, gravar a las grandes fortunas mediante una política impositiva progresiva, garantizar los derechos humanos, oponerse a las políticas marcadas por el gran capital y sus secuaces… No. Han entendido el mensaje.

Por eso decía al principio que el título de este artículo era una pregunta retórica. Yo sé la respuesta. Vosotros y vosotras seguro que también.

Tics autoritarios 6 enero 2014

Posted by Antonio Rubio Calín in Artículos, Opinión.
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Hace un par de semanas, la Delegación de Gobierno de Murcia, a cuyo frente se encuentra  Joaquín Bascuñana, tomó una determinación inédita hasta ese momento: Prohibir los itinerarios que habían solicitado los convocantes de la Marcha de Mareas prevista para el 23 de noviembre, reduciendo a dos los ocho convocados. Nunca había ocurrido algo semejante. La justificación dada, alegando el posible caos circulatorio y anunciando de manera alarmante el presunto riesgo que para la seguridad ciudadana podía acarrear tal panoplia de protestas, no puede por más que haber causado risión en la mayoría de los murcianos y murcianas que llevan aguantando año tras año estoicamente el que la ciudad quede colapsada todas las Semanas Santas y Fiestas de Primavera, romerías varias y sucedáneos festeros. Creo recordar que durante esos acontecimientos no se han producido situaciones que hayan acarreado más peligro a la seguridad ciudadana que las propias originadas por cuadrillas de borrachos descerebrados meando alegremente donde bien pueden, vestidos con atuendos más propios del circo que de otra cosa. Tampoco me suena que la Delegación de Gobierno haya prohibido nunca ningún desfile pasional, ni caravana sardinera por más que interrumpan el cotidiano deambular de la ciudadanía, impidiendo el acceso a garajes, calles y demás. Y eso que si hacemos caso a las cifras que nos aportan sobre concurrencia, convenimos en que en esas fechas, la Región prácticamente se vacía para acudir en tropel a la capital de la Comunidad para asistir a eventos como el “Bando de la Huerta” o “El Entierro de la Sardina”, no digamos ya de las decenas de miles de romeros que acompañan a la patrona desde diferentes puntos de la ciudad y sus pedanías cada vez que sube y baja de su santuario.

Los convocantes de la Marcha de Mareas, incluidos los sindicatos CCOO, UGT y USO, recurrieron la decisión gubernamental ante el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia quien en un breve plazo, como se establece por ley, dictó a favor de los recurrentes, obligando al sr. Bascuñana a envainarse su arbitraria decisión y condenando a la Delegación del Gobierno, es decir a toda la ciudadanía, al pago de las costas derivadas del acto judicial provocado por la imprudente y temeraria decisión del sr. Bascuñana.

El secretario general de CCOO de la Región de Murcia, Daniel Bueno, definió la actuación del Delegado de Gobierno como “tic autoritario”, una referencia moderada para lo que verdaderamente encierra ese comportamiento.

Durante estas últimas semanas, asistimos también a la elaboración de un proyecto de ley sobre seguridad ciudadana que el Gobierno, por medio de su ministro del Interior, Fernández Díaz, va a presentar al Parlamento para su debate y posterior y más que segura aprobación. Un proyecto de ley que vendría a sustituir a la actual, la en su día llamada “Ley Corcuera”, o “Ley de la patada en la puerta” como fue popularmente bautizada. Esta de ahora ya tiene su apelativo popular: “Ley Mordaza”. Fundamentalmente, la ley pergeñada por el ultracatólico y ultracolérico ministro del Interior trata de amedrentar a la ciudadanía mediante la aplicación de multas desorbitadas que castigarían determinados actos, sobre todo relacionados con protestas, manifestaciones y demás. Cualquiera diría que este país vive en un caos ingobernable cercano a la insurrección y que por lo tanto se hace necesario adoptar medidas más propias de un estado de excepción o de un régimen dictatorial que de un proyecto que intente velar por los derechos ciudadanos.

Lo cierto y verdad es que tal y como están las cosas, con cerca de seis millones de personas en paro, miles de familias amenazadas con ser expulsadas de sus casas, unos servicios públicos en fase de desmantelamiento y una clase política manchada por la corrupción más abyecta, empezando por el propio partido que nos gobierna, la templanza y la exquisita paciencia y respeto que están mostrando los ciudadanos y ciudadanas de este país es más que ejemplar.

¿A qué viene por tanto afán por legislar en clave represiva y sobre todo recaudatoria?

¿A qué viene el intentar disuadir a la ciudadanía prohibiendo recorridos y marchas de protesta?

Parece que el Gobierno del Partido Popular considera que el daño que están provocando sus medidas legislativas debe ser acompañado de medidas que corten de manera tajante cualquier manifestación contra las mismas.

A nuestra derecha nunca le ha gustado la protesta, a no ser que la misma esté protagonizada por los obispos o por los movimientos “pro vida” o por determinadas asociaciones de víctimas del terrorismo con las que se sienten identificados. Nuestra derecha preferiría vivir en la “placidez”, como en su día declaraba Mayor Oreja, de determinados regímenes totalitarios, como el franquista al que se han negado a condenar.

Decía Winston Churchill, un peligroso bolchevique, como sabe todo el mundo, que la diferencia entre la democracia y la dictadura es que en una democracia cuando llaman a tu puerta a las seis de la mañana solo puede ser el lechero y no la policía. Pero democracia también es poder expresarse y manifestarse libremente y, sobre todo, saber que el respeto a las instituciones del estado no se consigue mediante el recurso al miedo y a la represión; y que ser patriota es algo más que llevar una banderita roja y gualda pegada en el alerón del “Mercedes” o unos tirantes o una prenda de vestir con tales colores.

En 1989, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, en una sentencia ejemplar resolvió que la quema de la bandera de las “barras y estrellas” (que fue la bandera de la “Revolución americana”) no era anticostitucional, una resolución que fue polémica; pero, que pone en valor la esencia misma de la democracia y de la libertad. ¿Qué nos tendrá deparado la nueva normativa de Interior cuando entre vigor ante un caso similar en nuestro país?

Errarían nuestros dirigentes, algo por lo demás normal, si pensasen que con políticas intimidatorias y represivas van a ahogar las protestas de la ciudadanía ante sus políticas de destrucción del estado social y de derecho. ¿Nos obligará el sr. Fernández Díaz a lucir sobre nuestras ropas algún distintivo, como hicieron otros tiempo ha, que nos identifique según nuestra ideología o adscripción política?

Todo indica que más que de tics nuestros gobernantes son presa de todo un conjunto de estereotipias autoritarias. Se lo deberían de hacer ver.

Esto se llama… ¡ESTUPIDEZ! 21 abril 2013

Posted by Antonio Rubio Calín in Opinión.
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Para qué esperar cuarenta o cincuenta líneas de explicaciones y reflexiones para llegar a una conclusión que cae por su propio peso (o por la fuerza de la gravedad): Nos gobierna una panda de estúpidos. Así de claro.

Repasando el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, DRAE para los amigos y amigas, a propósito del significado del adjetivo ‘estúpido/a’, nos remite a “necio, falto de inteligencia”, al tiempo que lo relaciona con otros con los que comparte campo semántico: Idiota, imbécil, lelo, alelado, escaso de razón, tonto, corto de entendimiento, débil… U.t.c.s. (Úsese también como sustantivo)

Todos y cada uno de ellos definen de manera clara y meridiana a nuestros gobernantes. Es rara la semana que no nos regalan con alguna estupidez o imbecilidad o tontuna propia de su condición. Una de las últimas ha sido la vomitada por la ministra Báñez, claro que hay quien dirá que viniendo de semejante personaje no tiene mérito; es lo menos que se puede esperar de quien confía la salida de la crisis a la “mejor embajadora que tiene este país, la Virgen del Rocío”. Pues dice esta señora, a propósito de la sangrante y dramática salida de jóvenes al exterior (del país, se entiende) buscando las oportunidades que aquí se les niegan, que eso se llama “movilidad exterior”. Creo recordar que fue ella también la que dijo que esta situación no era preocupante, ya que obedecía al “espíritu aventurero” y nunca saciado de emociones que caracteriza a la juventud.

Otro que no se anda con rodeos, el orondo ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el inefable Arias Cañete, nos recomienda comer yogures caducados y darnos duchas de agua fría. Como recordaréis, este es el tipo que cuando la “Crisis de las vacas locas”, y siendo también ministro del ramo, recorrió el país dándose atracones de zancarrón y estofado de ternera (a ver si al final lo de la encefalitis espongiforme va a ser verdad).

De las ocurrencias del titular de Hacienda, señor Montoro, cada vez que nos quiere inocular una nueva dosis de veneno curativo, o del perspicaz y sagaz De Guindos, cada vez más optimista, un lince, el chaval; qué queréis que os diga, son la versión chunga de los Hermanos Tonetti.

Tampoco le van a la zaga ese tándem formado por Soria y Margallo, a la sazón ministros de Industria y Exteriores, respectivamente. Dan la impresión de estar siempre dispuestos a mandar alguna fragata a bombardear a quien ose tocar un solo céntimo de los intereses de las compañías monopolísticas españolas en el extranjero. Todavía tienen que estar sudando de miedo la presidenta argentina y el presidente boliviano después de ver sus actuaciones, más cercanas a los sketch de Tip y Coll (y que me perdonen, Tip y Coll, claro, allá donde estén) o del irrepetible Gila, durante los procesos de nacionalización y expropiación de intereses petrolíferos. Oye, y que serios y circuspectos que aparecen.

Otros tienen menos gracia. El responsable de Interior, señor Fernández, seguramente tras su reconversión al “camino ecuménico” se ve en la obligación de recuperar el tiempo perdido y nos regala con toda suerte de mamporrazos, filmaciones, detenciones arbitrarias y otras tantas lindezas para meter en cintura a una población cada vez más harta e irritada (perdonad que no utilice el término ‘indignado’, me cansa).

O el otro chico amante del cilicio y golpe en el pecho más comunión diaria, el Beato Gallardón, de Justicia él. Hay que reconocerle un valor: Ha sido capaz de poner en pie de guerra contra sus medidas a toda la judicatura, magistrados/as, abogacía, asociaciones varias… y nos va a hacer retroceder 30 años en cuanto se apruebe su Ley del Aborto (que no es otra que la de la Conferencia Episcopal). Si alguien pensaba que este chico pijo de familia bien era la “esperanza progre” frente a la otra “Esperanza” en las filas populares, que se vaya bajando a la realidad.

No desmerece tampoco Wert, el ministro de (des)Educación. Lo que ocurre es que este es zafio, grosero, provocador… Lo que viene siendo un talibán (a mi me gusta más llamarle “Gurka”) de su señorito Rajoy. Un tipo que antes de estar en la SER (¡Qué ojo tuvo Francino!) no lo conocían ni en su casa a la hora de comer y que va buscando su canonización vía cesión de privilegios a Rouco y sus secuaces. Si con Gallardón vamos a retroceder 30 años en conquistas sociales, con Wert volveremos a la Ley Villar Palasí, y con suerte.

Se me acaba el “Bestiario”. De la Mato, ministra de Sanidad (y me da vergüenza decir lo de Servicios Sociales, y mucho más lo de Igualdad), no se podía esperar mucho más, con ese apellido y titular de Sanidad; ¡joder! Si es que lo ponen a tiro. Además, debe andar muy ocupada revisando los “Jaguar” de su garaje, no vaya a ser que se encuentre uno nuevo y no sepa de dónde ha salido: Quizá de  debajo de una tonelada de confetis.

Claro que hay ministras que pasan, o intentan pasar desapercibidas, como la Pastor, de Fomento, lo que no quiere decir que no entre en la lista; que entrar, lo que se dice entrar, entra. Lo que ocurre es que es de las silenciosas, de las que dejan que el trabajo sucio: AVE, privatizaciones, etc. lo hagan otros.

Otro tanto ocurre con el chico de las bombas, el ministro de Defensa, señor Morenés, industrial del ramo (o habría que decir “racimo”). ¿Alguien lo ha visto últimamente?¿Existe o es una entelequia? Bueno, tuvo alguna ocurrencia con la Virgen del Pilar, de esas que tanto gustan a los milicos; pero no voy a repasar ahora en Google.

Y a continuación, con todos ustedes, la inefable, la asombrosa, la inabarcable, la única… señora De Cospedal, la Cospe, la mujer que ha revolucionado el derecho laboral, la rueda de prensa, el “…y tú, más”. La que viene siendo una «retribución en diferido de lo que es una simulación… efectivamente…» de lo que debiera ser una persona democrática. Pues eso.

Del durmiente o plasmado, y de la “bocas”, perdón, de la señora que nos da el parte de guerra todos los viernes, no hablo; ¿Para qué?

Veis lo que decía al principio. Para que escribir 87 líneas si con tres ya estaba claro.

Sotoca 0.0 18 diciembre 2012

Posted by Antonio Rubio Calín in Artículos.
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A principios de 2010, y siguiendo las consignas de Génova de que al “enemigo ni agua”, el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Murcia, por medio de su fiel servidor el consejero de Educación, Formación y Empleo, Constantino Sotoca, renunció a cuatro millones de euros en dotación para el programa Escuela 2.0. Esto supuso el que la totalidad del alumnado de 5º de Primaria y 1º de ESO no pudiese acceder al proceso de inmersión en nuevas tecnologías que pretendía acabar con la llamada brecha digital en nuestro sistema educativo; hoy, más sima que brecha.

Los argumentos esgrimidos en su momento por el sagaz consejero Sotoca, y los dirigentes popularespara negarse a acoger tal iniciativa del gobierno socialista de ZP bascularon entre la estupidez y la ignorancia, nihil novi sub sole. No pasa nada, otros se aprovecharon de lo que aquí tan alegremente se rechazó.

Poco después llegó el tsunami de la crisis en toda su virulencia; la tozuda realidad, esa que tanto condiciona a nuestros gobernantes, y los hachazos de los “populares” a todo lo que huela a inversión pública: Educación, Sanidad, Servicios Sociales, Dependencia… No debería de olvidársenos que nuestra región fue avanzado laboratorio de las políticas de destrucción de lo público que el PP lleva a cabo desde hace un año (¡Como Dios manda!, ¡Yo no quería, oíga!).

Y es en este punto, el de los recortes y hachazos, donde quisiera detenerme y relacionarlo con el principio de este escrito. En estos momentos, más mal que bien y con desequilibrios notables, nuestros centros educativos cuentan con dotaciones de infraestructuras informáticas: equipos, redes Wi-Fi, PDI(Pizarras Digitales Interactivas) y software con las que intentar llevar a la Escuela las posibilidades que las ya no tan nuevas tecnologías ofrecen al desarrollo del currículum escolar.

Desde el principio de la incorporación de nuestros centros a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), tanto la Consejería de Educación en particular, como el Gobierno regional en su conjunto tuvieron clara la apuesta. Comunidades como Extremadura, Andalucía, Madrid, Cataluña o Castilla–La mancha optaron hace tiempo de manera decidida, aunque con gradaciones, por la apuesta por el software libre y colaborativo, tipo LINUX, que les ha permitido no sólo el abaratamiento de costes e inversiones, sino desarrollar programas adecuados a la propia realidad educativa y necesidades de cada comunidad; además de significar un no despreciable yacimiento de empleo para tecnólogos, desarrolladores, etc. Por el contrario, nuestra Comunidad, mejor dicho, quienes la gobiernan, es un decir, optaron sin más por abrazar el software propietario. Esto significa el tener que pagar millones por algo, las licencias de uso de programas, que a otros les sale si no gratis sí a unos costes infinitamente más bajos. Esto sin tener en cuenta el apartado que se refiere a los equipos, factura no menor, que al tener que soportar versiones de sistemas operativos que cada vez requieren más recursos, o bien se les cambia cada cierto tiempo, o están condenados a la obsolescencia. Por poner un ejemplo, ningún equipo de los actualmente existentes en nuestros centros educativos soportan el novedoso Windows8 sin dar problemas, mientras que una distribución de un entorno LINUX de última generación puede funcionar perfectamente en un Pentium IV, un ordenador de hace ya diez años.

La Consejería de Educación del recortador Sotoca viene pagando licencias de software propietario, léase Windows y sus productos, desde hace años para ofertarlas a los casi 20.000 docentes murcianos, sin ofertar en cambio otras alternativas. Una de las últimas actuaciones ha sido el comprar las licencias de otro software propietario, en este caso para la elaboración de libros multimedia (MTO), de la empresa TecnoProducciones Multimedia. Algo inaudito si tenemos en cuenta que en el mercado existen equivalentes a coste cero que cumplen con el mismo objetivo (y que la propia Consejería publicita en su página web, como es el caso del editor EdiLim. Si existe algo gratuito, pagar por algo igual es de …¿tontos?).

Sin entrar en consideraciones sobre la calidad de los productos, del software tanto propietario como libre (Que podríamos hacerlo), cabría hacerse, empero, una serie de preguntas. La primera y principal sería si estas decisiones de optar por un determinado producto, que cuesta sus buenos euros, han sido sometidas a algún tipo de concurso de libre concurrencia; no olvidemos que se trata de utilización de fondos públicos que van a parar a manos privadas. También habría que preguntar quién ha decidido y de qué manera optar por tal o cual proveedor para el suministro de ordenadores, impresoras, routers, servidores, etc.

La segunda cuestión, ¿Dónde están reflejadas las partidas destinadas al pago de licencias de software y adquisición de equipos?¿En qué partida de los presupuestos del contable Bernal se reflejan?

Por último, y no menos importante: En un momento en el que la Consejería ha despedido a cerca de 2.500 interinos e interinas, ha rebajado el sueldo a sus funcionarios, ha eliminado de manera ilegal y torticera las pagas extras, ha disminuido las dotaciones presupuestarias a los centros, ha disminuido plantillas, ha eliminado el Bono-Libro, castiga a sus empleados cuando enferman quitándoles parte de su sueldo, elimina derechos laborales, sociales y sindicales… ¿Es de recibo el que se dediquen partidas presupuestarias a la compra de licencias de software sin posibilidad de libre concurrencia con otras opciones? ¿Han disminuido estas partidas?¿Por qué la Consejería de Educación y el Gobierno de Valcárcel se han negado siempre a optar por otros sistemas de coste infinitamente menor a los utilizados?

En cualquier caso, y siguiendo la evolución histórica de la Red desde la Web 1.0 de solo lectura a la Web 3.0 o web inteligente, podremos convenir que nuestra Administración regional y nuestro peculiar consejero se encuentra en el estadio 0.0.

Pues, eso.

(Artículo publicado en el diario La Opinión de Murcia en su edición del lunes 17 de diciembre de 2012)