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Lecciones de una elecciones ¿Qué hacer? 8 diciembre 2014

Posted by Antonio Rubio Calín in Opinión.
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El pasado 4 de diciembre, se celebraron elecciones sindicales en la Enseñanza Pública No Universitaria para elegir a los 57 delegados y delegadas sindicales que conformarán la Junta de Personal Docente No Universitario. Los recortes que el gobierno regional ha efectuado sobre plantillas, han reducido en cuatro el número de representantes en relación a los últimos comicios celebrados en 2010 y que hubo que repetir en el 80% de las mesas en 2012 por obra y gracia de una impugnación presentada por el SIDI (Sindicato de Docentes Interinos), organización que pretende conseguir en los juzgados lo que las urnas le niegan tozudamente convocatoria tras convocatoria.

También se celebraron elecciones en el ámbito universitario. Si bien en este último ha habido un claro vencedor, la federación de Enseñanza de CCOO ha obtenido 30 delegados de un total de 87, muy por delante del segundo sindicato que obtiene 23, en la Pública No Universitaria, sigue siendo ANPE, la Asociación conservadora heredera del antiguo sindicato franquista de profesores, la organización más votada. En esta ocasión, ha igualado en delegados con la Federación de Enseñanza de CCOO, 14 para cada uno, y ha perdido 2 delegados en relación a la anterior convocatoria. Tanto la Fed. de Enseñanza de CCOO, como STERM, la Intersindical (volcados ahora en un nuevo “experimento” de la mano de PODEMOS), como UGT, han perdido votos, STERM pierde 1 delegado y FETE-UGT pierde 2. Lo perdido por ANPE, ha ido a parar al SIDI, situada en el extremo más derechoso del abanico sindical. Todo queda en casa.

Tanto la Fed. de Enseñanza de CCOO, como FETE-UGT, consiguen su decimocuarto y cuarto delegado/a, respectivamente, por restos. CSIF, sindicato creado en su momento por la administración de UCD para contrarrestar el auge del sindicalismo de clase en la función pública, se queda con 3 representantes, pierde 1 delegado en relación a 2012.

Dicho esto, una primera lectura de estos resultados nos llevaría a pensar que, a pesar de las movilizaciones continuadas de estos últimos cuatro años contra recortes, perdidas de derechos y LOMCE, a pesar del clima de crispación que se vive en los centros educativos por mor de “estándares”, evaluaciones y proliferación burocrática, de no cobertura de bajas, de descuentos por enfermar de gripe o gastroenteritis, el profesorado ha dado un apoyo considerable a las opciones más conservadoras del espectro sindical, que, en su conjunto obtienen cinco delegados menos que el autodenominado “bloque progresista”.

Prácticamente, la foto sigue siendo casi idéntica a la que había.

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Elecciones a Junta de Personal Docente No Universitario, delegados/as obtenidos. Gráfica comparativa . Elaboración propia

Cierto es que en las actuales circustancias los resultados son, en todo caso, plausibles para las organizaciones de izquierda y progresistas; pero, ¿Deberían llevarnos a lanzar las campanas al vuelo? Hago la pregunta porque eso es lo que parece que se interpreta, en mayor o menor medida, leyendo los titulares con los que las tres organizaciones del “bloque progresista” –antaño “Comité de Resistencia”- saludan los resultados.

La Federación de Enseñanza de CCOO Región de Murcia titula y subtitula de la siguiente manera los resultados electorales:

“CCOO gana las elecciones sindicales en la Universidad de Murcia y empata en el primer puesto en la Junta de Personal Docente no universitario”

“La Federación de Enseñanza de CCOO revalida su primera posición en la Universidad de Murcia y empata a 14 delegados en la primera posición en la enseñanza pre-universitaria.”

Curioso titular, si se tiene en cuenta la desproporción de uno y otro sector en cuanto al número de electores: Cerca de 20.000 la Pública No Universitaria frente a unos tres mil en la UMU. Lo de la “enseñanza pre-universitaria” me recuerda épocas pretéritas, donde la “educación” se orientaba en exclusividad para la Universidad y no lo voy a comentar. En cualquier caso, un titular bastante pobre en el fondo y la forma.

Por su parte, STERM La Intersindical, publicita en su web lo siguiente:

El voto progresista gana las elecciones sindicales en enseñanza”. El sindicalismo alternativo se consolida de la mano de STERM INTERSINDICAL.

También curioso, entre otras cosas porque no sabemos si ese “voto progresista” al que hace referencia, se lo adjudica en exclusiva o se reparte ex aequo, con quienes han sido su compañeros y compañeras de “dignidad y resistencia” en estos últimos años. Llama también la atención la referencia a ese “sindicalismo alternativo” del que STERM hace gala, sobre todo teniendo en cuenta que es una organización que lleva como 30 años siendo “alternativa y emergente”; pero que actúa frente a la Administración de la misma manera y con las mismas “herramientas” que el resto. ¿Un guiño a PODEMOS, donde sus actuales dirigentes se van situando (como pueden)? Ningún comentario a los resultados en la Universidad de Murcia, donde el autodenominado “sindicalismo alternativo” ha quedado en último lugar.

Cerrando el “bloque”, tenemos el análisis de FETE-UGT

FETE-UGT segunda fuerza en el global de la enseñanza pública en la Región de Murcia (universitaria y no universitaria)

A pesar de los resultados poco alentadores en la enseñanza no universitaria, los excelentes resultados en el ámbito de la Universidad de Murcia mantienen a FETE-UGT como segunda fuerza en el global de la enseñanza pública en la Región.En cuanto a la Junta de Personal Docente no Universitario FETE-UGT se mantiene como quinta fuerza pero con unos resultados que no son buenos.

Visto lo visto, parece que FETE-UGT ha optado por un titular “mediopensionista”, resaltando ese “forzado” segundo puesto en la enseñanza pública; pero, reconociendo sin paliativos los malos resultados en donde más se jugaba: la Pública No Universitaria. Y, algo que le honra: felicita a los demás por los resultados, cosa que no hace el resto.

¿Qué hacer? Que dijo alguien una vez. Pues no parece que se den muy buenas circustancias para repetir la alianza del en su día autodenominado “Comité de resistencia”; por diversos motivos, entre otros, los posicionamientos políticos a los que ineluctablemente se van a ver abocados todos de aquí a poco por “exigencia del guión” de convocatorias electorales próximas y en donde hay posicionamientos divergentes, convergentes y encontrados, según se mire… y se opte.

Una cosa es cierta, el malestar en los centros va en aumento y eso se refleja en el porcentaje de votantes, cercano al 60%. Bien es cierto que es un porcentaje alto si se compara con otras convocatorias electorales del ámbito político, locales, autonómicas o generales; pero muy alejado de los porcentajes de participación registrados en enseñanza hasta bien entrada la década de los 90 en donde se alcanzaban cifras cercanas, cuando no superiores, al 80%.

Más allá de los ya consabidos recortes y pérdidas de derechos, y que aún no han acabado, la aplicación de la LOMCE y su carga burocrática, fútil y sin sentido está llevando a los claustros a situaciones de angustia profesional sin parangón en nuestro ya de por sí angustiado sistema educativo.

No hay respuestas, salvo el recurso, ya manido, a tópicos, consignas y lugares comunes por parte de las organizaciones sindicales. En vez de hacer piña frente al dislate que supone esa especie de magma pseudopedagógico de estándares de aprendizaje, criterios, rúbricas y demás estupideces que los asesores de Wert se han sacado de sus chisteras, y proclamar la INSUMISIÓN docente frente a tanto despropósito, se limitan a incorporar “cursos” a sus respectivas ofertas formativas para “ayudarnos” a sacar adelante este galimatías.

Mal camino, sobre todo si al final, ¡Ojalá! Las próximas elecciones generales echan al PP del gobierno y el resto de fuerzas cumplen, que está por ver, el compromiso explicito que asumieron de tumbar esta nefasta y retrógrada ley educativa.

En fin, quienes el pasado 4 de diciembre fuimos a votar, utilizando las dos horas que por derecho nos corresponden, y que también nos quisieron cercenar, lo hicimos, creo entender, para que aquellas opciones más cercanas a nuestro ideario, que lo son también a nuestros principios y postulados educativos, tuviesen una oportunidad de defender, desde una perspectiva de clase, nuestros derechos, como trabajadores y trabajadoras y como enseñantes; pero también un modelo educativo que dista mucho de coincidir, ni siquiera de pasada, con lo que nos quieren embutir (aunque de esto no estoy muy seguro de coincidir con algunos de los “elegibles”). Esperemos que así lo hagan; si no, se lo demandaremos.

Pero el comienzo no ha sido muy halagüeño, creo.

Minando lo público 6 enero 2014

Posted by Antonio Rubio Calín in Artículos, Opinión.
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Que a estas alturas podamos sorprendernos aun de las decisiones que adoptan nuestros gobernantes es un claro síntoma del empeño que estos ponen en cumplir con determinados principios inexorables, como ese que determina que “cuando algo va mal, seguro que puede ir a peor”. La afirmación viene dada por la Resolución de la Consejería de Educación, Universidades y Empleo, de 7 de noviembre del presente, en la que se establecen instrucciones para la instauración de programas que contemplen medidas de apoyo individualizado dirigidas al alumnado de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) que pueda concurrir en riesgo de exclusión social, fracaso o abandono escolar.

La normativa establece una dotación de 200.000 euros a repartir entre una selección de 40 centros educativos del mencionado nivel, 5.000 euros por centro, con la posibilidad de poder ser mayor la cantidad si concurren menos de los 40 establecidos.

Hasta aquí, y con lo que está cayendo, podríamos convenir que se trata de una decisión no solo acertada, sino incluso loable y plausible. Pero, miren ustedes por donde, va a ser que no.

Les explico. Desde 2007, a iniciativa del Ministerio de Educación dirigido en ese momento por el ministro Gabilondo (de lo mejorcito que ha dado el gremio ministerial) y hasta el pasado curso escolar, venía funcionado el Plan PROA (Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo); un programa destinado al alumnado en riesgo de exclusión social y en clara situación de desventaja educativa. Dicho programa dirigido tanto a Primaria como a Secundaria contaba con una financiación compartida al 50% entre Ministerio y Comunidades Autónomas. El primer rejonazo vino de la mano del ministro peor valorado en la historia de la democracia española, el señor Wert, quien decidió por mor de la crisis suspender la aportación económica correspondiente a su ministerio. El segundo rejonazo lo asestó nuestro flamante consejero de Educación, Pedro Antonio Sánchez, decidiendo suspender definitivamente para el presente curso escolar dicho Plan.

Pero, he aquí que pasados dos meses desde el inicio de curso, la Consejería nos sorprende con lo que podría ser un enmendar el error (a esto habría que decir que el Plan ha funcionado muy bien estos años). Lamentablemente no es así.

La mencionada resolución resulta ser un nuevo atentado contra el servicio público educativo en el cumplimiento de ese objetivo que se ha marcado el Gobierno Popular de desmantelar lo público. La Consejería establece que los centros seleccionados dispondrán del dinero presupuestado para “contratar el servicio de empresas e instituciones” que desarrollen el programa. Es decir, hay dinero; pero para la empresa privada. Y lo que hasta ahora hacían los docentes de los centros, funcionarios públicos que han obtenido su plaza según los criterios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad, ahora lo van a hacer empresas privadas que, además, tendrán acceso y derecho a participar de la organización pedagógica y a cualquier otra cuestión relativa a la programación de dichas actividades en los centros públicos de enseñanza secundaria de nuestra Región, quedan excluidos los centros de Primaria.

Si además recordamos que durante el presente curso son cientos los docentes interinos que se han vistos arrojados al paro por la política de recortes de la Consejería de Educación, la burla es ya descarnada.

Como han recordado algunos sindicatos de enseñanza, resulta escandaloso el que se derive hacia la empresa privada, cuyo único objetivo es el lucro (llamémosle beneficio empresarial si se quiere) una tarea que hasta ahora venían desempeñando cualificados profesionales de la enseñanza pública.

¿Hasta dónde va a llegar el irrefrenable ímpetu privatizador de nuestros gobernantes? ¿Qué será lo próximo, ofrecer a las academias de idiomas la enseñanza de los mismos en nuestros centros públicos, o a los gimnasios y centros deportivos el impartir la Educación Física? ¿Contratará la Consejería a expertos en dirección comercial y gestión empresarial para dirigir los centros de enseñanza?

Y mientras, nuestro consejero ganándose el jubileo loando la excelencia de lo “privado” en el acto de inauguración de curso de la Universidad Católica San Antonio, UCAM. Amén.

 

 

Tics autoritarios 6 enero 2014

Posted by Antonio Rubio Calín in Artículos, Opinión.
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Hace un par de semanas, la Delegación de Gobierno de Murcia, a cuyo frente se encuentra  Joaquín Bascuñana, tomó una determinación inédita hasta ese momento: Prohibir los itinerarios que habían solicitado los convocantes de la Marcha de Mareas prevista para el 23 de noviembre, reduciendo a dos los ocho convocados. Nunca había ocurrido algo semejante. La justificación dada, alegando el posible caos circulatorio y anunciando de manera alarmante el presunto riesgo que para la seguridad ciudadana podía acarrear tal panoplia de protestas, no puede por más que haber causado risión en la mayoría de los murcianos y murcianas que llevan aguantando año tras año estoicamente el que la ciudad quede colapsada todas las Semanas Santas y Fiestas de Primavera, romerías varias y sucedáneos festeros. Creo recordar que durante esos acontecimientos no se han producido situaciones que hayan acarreado más peligro a la seguridad ciudadana que las propias originadas por cuadrillas de borrachos descerebrados meando alegremente donde bien pueden, vestidos con atuendos más propios del circo que de otra cosa. Tampoco me suena que la Delegación de Gobierno haya prohibido nunca ningún desfile pasional, ni caravana sardinera por más que interrumpan el cotidiano deambular de la ciudadanía, impidiendo el acceso a garajes, calles y demás. Y eso que si hacemos caso a las cifras que nos aportan sobre concurrencia, convenimos en que en esas fechas, la Región prácticamente se vacía para acudir en tropel a la capital de la Comunidad para asistir a eventos como el “Bando de la Huerta” o “El Entierro de la Sardina”, no digamos ya de las decenas de miles de romeros que acompañan a la patrona desde diferentes puntos de la ciudad y sus pedanías cada vez que sube y baja de su santuario.

Los convocantes de la Marcha de Mareas, incluidos los sindicatos CCOO, UGT y USO, recurrieron la decisión gubernamental ante el Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia quien en un breve plazo, como se establece por ley, dictó a favor de los recurrentes, obligando al sr. Bascuñana a envainarse su arbitraria decisión y condenando a la Delegación del Gobierno, es decir a toda la ciudadanía, al pago de las costas derivadas del acto judicial provocado por la imprudente y temeraria decisión del sr. Bascuñana.

El secretario general de CCOO de la Región de Murcia, Daniel Bueno, definió la actuación del Delegado de Gobierno como “tic autoritario”, una referencia moderada para lo que verdaderamente encierra ese comportamiento.

Durante estas últimas semanas, asistimos también a la elaboración de un proyecto de ley sobre seguridad ciudadana que el Gobierno, por medio de su ministro del Interior, Fernández Díaz, va a presentar al Parlamento para su debate y posterior y más que segura aprobación. Un proyecto de ley que vendría a sustituir a la actual, la en su día llamada “Ley Corcuera”, o “Ley de la patada en la puerta” como fue popularmente bautizada. Esta de ahora ya tiene su apelativo popular: “Ley Mordaza”. Fundamentalmente, la ley pergeñada por el ultracatólico y ultracolérico ministro del Interior trata de amedrentar a la ciudadanía mediante la aplicación de multas desorbitadas que castigarían determinados actos, sobre todo relacionados con protestas, manifestaciones y demás. Cualquiera diría que este país vive en un caos ingobernable cercano a la insurrección y que por lo tanto se hace necesario adoptar medidas más propias de un estado de excepción o de un régimen dictatorial que de un proyecto que intente velar por los derechos ciudadanos.

Lo cierto y verdad es que tal y como están las cosas, con cerca de seis millones de personas en paro, miles de familias amenazadas con ser expulsadas de sus casas, unos servicios públicos en fase de desmantelamiento y una clase política manchada por la corrupción más abyecta, empezando por el propio partido que nos gobierna, la templanza y la exquisita paciencia y respeto que están mostrando los ciudadanos y ciudadanas de este país es más que ejemplar.

¿A qué viene por tanto afán por legislar en clave represiva y sobre todo recaudatoria?

¿A qué viene el intentar disuadir a la ciudadanía prohibiendo recorridos y marchas de protesta?

Parece que el Gobierno del Partido Popular considera que el daño que están provocando sus medidas legislativas debe ser acompañado de medidas que corten de manera tajante cualquier manifestación contra las mismas.

A nuestra derecha nunca le ha gustado la protesta, a no ser que la misma esté protagonizada por los obispos o por los movimientos “pro vida” o por determinadas asociaciones de víctimas del terrorismo con las que se sienten identificados. Nuestra derecha preferiría vivir en la “placidez”, como en su día declaraba Mayor Oreja, de determinados regímenes totalitarios, como el franquista al que se han negado a condenar.

Decía Winston Churchill, un peligroso bolchevique, como sabe todo el mundo, que la diferencia entre la democracia y la dictadura es que en una democracia cuando llaman a tu puerta a las seis de la mañana solo puede ser el lechero y no la policía. Pero democracia también es poder expresarse y manifestarse libremente y, sobre todo, saber que el respeto a las instituciones del estado no se consigue mediante el recurso al miedo y a la represión; y que ser patriota es algo más que llevar una banderita roja y gualda pegada en el alerón del “Mercedes” o unos tirantes o una prenda de vestir con tales colores.

En 1989, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, en una sentencia ejemplar resolvió que la quema de la bandera de las “barras y estrellas” (que fue la bandera de la “Revolución americana”) no era anticostitucional, una resolución que fue polémica; pero, que pone en valor la esencia misma de la democracia y de la libertad. ¿Qué nos tendrá deparado la nueva normativa de Interior cuando entre vigor ante un caso similar en nuestro país?

Errarían nuestros dirigentes, algo por lo demás normal, si pensasen que con políticas intimidatorias y represivas van a ahogar las protestas de la ciudadanía ante sus políticas de destrucción del estado social y de derecho. ¿Nos obligará el sr. Fernández Díaz a lucir sobre nuestras ropas algún distintivo, como hicieron otros tiempo ha, que nos identifique según nuestra ideología o adscripción política?

Todo indica que más que de tics nuestros gobernantes son presa de todo un conjunto de estereotipias autoritarias. Se lo deberían de hacer ver.

¡Al loro con la hora! 2 octubre 2013

Posted by Antonio Rubio Calín in Artículos, Opinión.
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No, no es un trabalenguas. El título viene a cuento sobre la penúltima estupidez que se le ha ocurrido a esta panda de imbéciles que nos (des)gobierna. Desde hace semanas se nos viene machacando desde diversos medios de comunicación con la conveniencia de modificar la hora y establecer el huso horario de Greenwich, equiparándonos así a Gran Bretaña, Irlanda y Portugal; por cierto, que no se menciona a Irlanda, antaño todopoderoso “Tigre celta”.

El Congreso de los Diputados, que no tiene otra cosa mejor que hacer, ha aprobado un informe que ha sido elaborado en el seno de una Subcomisión para el estudio de la Racionalización de Horarios, la Conciliación de la Vida Personal, Familiar y Laboral y la Corresponsabilidad, constituida en el seno de la Comisión de Igualdad. La subcomisión ha estado compuesta por 15 miembros: Cuatro del Grupo Popular, tres de Grupo Socialista, dos de CiU, uno de la Izquierda Plural, uno de UPyD (el ínclito Toni Cantó) dos del PNV y dos del Grupo Mixto; además, han comparecido, a peticiones varias, cerca de unas cuarenta personas pertenecientes a diferentes ámbitos socio-laborales, académicos, empresariales, organizaciones sociales, etc. ¡Joder, ya estoy más tranquilo! Si esto del cambio horario lo van a decidir las ocurrencias de un grupo de expertos no hay nada que temer, tenemos el referente de los “sabios” que dictaminaron sobre el sistema de pensiones.

Como de lo que se trata no es sólo del estudio y análisis de la los horarios laborales y su racionalización e incidencia en la vida laboral sino también del análisis de la Ley de igualdad efectiva entre hombres y mujeres, cada compareciente ha tirado por el camino que le interesaba. El objeto no obstante de la subcomisión era la racionalización y flexibilización de horarios familiares y laborales, la convergencia con Europa en este sentido y el aumento de la productividad y uno no menos loable que permita los cambios que hagan posible la realización de los ciudadanos en todos sus aspectos vitales: personal, familiar y profesional.

Es verdad que no parece del todo lógico que España se mantenga en una franja horaria (en la que, por cierto, están todos los países europeos a excepción de Gran Bretaña, Irlanda y Portugal) que no se corresponde con su situación geográfica con relación al meridiano 0º y a la que pertenece desde 1942, cuando el sanguinario dictador, general Franco, decidió también alinearse con la Alemania nazi en el tema horario (sus herederos ideológicos los hacen en otros aspectos: austeridad v.g.). Lo que resulta sospechoso es que los mismos que se niegan a condenar la dictadura franquista nos manden este subliminal mensaje como argumento de peso, entre otros, para provocar un nuevo cambio en nuestros relojes.

Leyendo el extenso informe, 86 páginas, encontramos argumentos para todos los gustos, incluidos varios powerpoint algunos con títulos tan sugerentes como Conciliar presupone regresar a Greenwich (que a mi me recordaba aquello de “Amar significa no decir nunca lo siento”). La subcomisión termina con una serie de consideraciones recogidas de las comparecencias y unas conclusiones de cosecha propia. Es en estos dos últimos puntos donde uno ya se empieza a acojonar (me disculpen el vulgarismo). Porque, claro, el fin último de la historia es elaborar una Ley que de respuesta a las necesidades supuestamente detectadas y a los objetivos perseguidos.

Y es que cuando esta panda dice que va a elaborar una ley basándose en argumentos de expertos es como para ponerse a temblar (con las que elaboran sin el concurso de la inteligencia, que son las más, también).

Vamos a ver, parece ser que la baja productividad española, la falta de igualdad efectiva entre hombres y mujeres, la nula posibilidad de conciliación laboral y familiar, la falta de permisos parentales y su efectiva utilización, la poca flexibilidad horaria, la irracionalidad en los tiempos de trabajo, la poca contratación, el fracaso escolar, la convergencia con Europa y la retrasmisión a deshoras de mi serie favorita de televisión, entre otros males que nos impiden realizarnos como personas plenas, conciliadas y racionalizadas y felices es debido a nuestro desapego del GMT, Greenwich Mean Time. No es debido a que tenemos un gobierno de incapaces, embusteros, corruptos y golpistas, ni a que tengamos al empresariado más fascista, trabucaire, explotador y mediocre de Europa, más cercano a las novelas de Dickens que a los postulados keynesianos, ni a que tengamos un sistema educativo que es utilizado como arma arrojadiza en defensa de intereses de clase mezquinos y espúrios, no. Tampoco tiene que ver que la Reforma Laboral del gobierno del PP (y de la Virgen del Rocío) haya desestructura el tejido productivo, aumentado el número de personas desempleadas hasta cerca de los 6 millones, que esté obligando a nuestros jóvenes a emprender “aventuras” por esos mundos de dios, llevándose consigo su inteligencia y su fuerza de trabajo, ni que se haya abandonado a nuestros mayores a una agonía infinita, desamparados y vilipendiados, obligados a pagarse las medicinas con pensiones de miseria, ni que se esté destruyendo la sanidad pública, la educación pública, los servicios de atención a la dependencia, no. Tampoco que los constantes ataques del Gobierno de Rajoy al Estado del Bienestar, o lo que queda de él, estén dejando a los trabajadores y trabajadoras sin la mayoría de las conquistas sociales que tanto costó conseguir, que se esté difamando a los sindicatos de clase, dejando a los trabajadores y trabajadoras sin su legítima representación, no.

Parece que todo es debido a nuestro desfase horario con el meridiano 0º. Pues eso se avisa ¡hombre de dios! Atrasamos la hora y ya está. Porque ¿Me puede alguien explicar por qué el horario británico, el irlandés, el marroquí y no digamos nada del portugués son mejores que el que tenemos aquí? ¿Qué pasa, que los portugueses viven en el mejor de los mundos posibles porque tienen horario GMT? Pero, es que si de lo que se trata es converger con Europa en racionalidad, productividad y demás, habría que recordar que, salvo los mencionados ya, el resto de Europa, incluida Francia y la querida y envidiada Alemania de la Führer Merkel, tienen el mismo uso horario que España. Vamos a ver, ¿De verdad hay alguien que se tome en serio esto? Estoy seguro que verdaderamente nos toman por idiotas.

Me dejo para el final algo que me toca en lo profesional. Se trata de la consideración que se hace en el informe sobre la jornada escolar. Resulta que mientras que todas las consideraciones y conclusiones que se refieren a cualquiera de los temas tratados establecen un grado de ambigüedad e indefinición considerable que no pasa de los consabidos “se estudiará”, “se debería tender hacia…”, “sería necesario” y similares, cuando se refiere a la jornada escolar, la rotundidad de las consideraciones y conclusiones no dejan lugar a la duda. La jornada escolar continua es perjudicial para nuestros hijos e hijas. Reza el informe que “la jornada continua no se considera adecuada ni para la conciliación, ni para la igualdad de género, ni para atender las necesidades de los menores. Es necesario adaptar tanto los horarios, como las vacaciones y el resto del calendario escolar a las jornadas de trabajo. Se propone, que los escolares empiecen un poco más tarde y se establezca la jornada partida. La oferta de servicios complementarios o extraescolares, las aulas matinales y los comedores escolares son igualmente claves para la conciliación».

Resulta chocante este párrafo ya que a continuación, en un apartado sobre organización del tiempo y el espacio de trabajo se afirma que la jornada continua es beneficiosa para la conciliación y racionalización e incluso la propia salud del individuo. A ver si me aclaro. Si se recomienda la jornada continua en el trabajo para los progenitores, con apenas una hora para comer sin abandonar el puesto de trabajo (el informe no dice si las cadenas con las que te piensan sujetar las tienes que poner tú o las pone la empresa), ¿Quién va a llevar a los nenes y a las nenas al cole cuatro veces en el día? ¿Van a dar las empresas permiso a los papás y a las mamás? ¿Se responsabilizará de eso la “chica”? ¿Dotarán a todos los centros escolares de comedor para todo el alumnado? ¿Quién lo va a pagar?

Por otro lado, algunos de los “sabios” comparecientes que imparten doctrina sobre el tema como la Sra. Marina Subirats, catedrática de sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, dejan caer opiniones que inducen a pensar que la adopción de la jornada continua en los centros de enseñanza ha sido algo impuesto y es una cuestión de querencia corporativa que solo satisface a los maestros (una fijación constante de la insigne socióloga, ex-Bandera Roja, ex-PSUC y que ha desempeñado altos cargos institucionales como militante socialista ).

Hablo por lo que sé. Cuando en la Región de Murcia se optó por implantar este modelo de jornada (ampliamente contrastadas sus virtudes en otros países), servidor participó en las negociaciones entre Administración y sindicatos como uno de los representantes de la Federación de Enseñanza de CCOO. El modelo fue debatido hasta la saciedad, explicado pormenorizadamente al profesorado, a los padres y a las madres y se sometió a consulta en todos y cada uno de los centros donde se pretendía establecer y entre todos los miembros de la comunidad educativa.
El voto de los padres fue mayoritaria y abrumadoramente favorable a la propuesta de cambio de modelo de jornada, a pesar de que la Administración, ya en manos del PP, practicamente se desentendió de la financiación de las actividades extraescolares, haciendo recaer la misma en las respectivas AMPA de cada centro. Hoy en día, la totalidad de los centros públicos de la Región de Murcia tiene implantado este modelo y el grado de satisfacción de padres y madres es absoluto. Les permite estar con sus hijos más tiempo, las actividades ofertadas de manera obligatoria y recibidas de manera voluntaria son también evaluadas muy positivamente y el alumnado rinde más que con el anterior modelo de jornada partida.

Solo quien no ha pisado un aula y analiza el hecho educativo desde la cómoda poltrona de la cátedra universitaria es capaz de aventurar consideraciones y análisis (con intención de que se plasmen en leyes) como los que se vierten en este informe. Solo quien ha vivido la docencia con el anterior sistema de jornada partida sabe del bajo o nulo rendimiento del alumnado en las horas vespertinas, que luego se alargaba considerablemente con actividades de todo tipo, amén del descontrol que representaba para las familias. La enfermiza paranoia que estos sesudos pensadores despliegan desde hace tiempo hacia las etapas educativas no universitarias les lleva a hacer afirmaciones que sobrepasan el ridículo, como cuando establecen una relación causa efecto entre el fracaso escolar y las, según ellos, pocas horas de permanencia del alumnado en los centros escolares ¡Viva la sociología cuantitativa! Está visto que para estos individuos e individuas, tan alejados de la sociedad que dicen estudiar como la propia sociedad está alejada de ellos, el sistema educativo no universitario sigue siendo considerado como un inmenso garaje donde “aparcar” cuanto más tiempo mejor a nuestros hijos e hijas.

Vuelvo, además a repetir algo que ya en su momento defendimos quienes esto negociamos: La jornada laboral del profesorado, en este caso de Infantil y Primaria (el profesorado de Secundaria hace años que solucionó esto) no tiene porqué coincidir con la jornada escolar. Tiene guasa que se preconice un modelo de jornada continua para todos los trabajadores y trabajadoras y a los y las docentes no se nos permita participar del mismo, negándonos de antemano y por ley nuestro derecho a negociar nuestras condiciones laborales.

Pero a fin de cuentas hay algo que resulta paradójico en todo este contradiós. Algunos comparecientes lo exponen, es cierto: En estos momentos lo importante es la creación de empleo, la recuperación de la actividad laboral destruida que está llevando a la desesperación a cientos de miles de familias y empobreciendo el país a pasos agigantados, retrocediendo décadas de avances sociales y tirando por la borda el potencial de una generación de jóvenes que se ven abocados a la emigración y al trabajo basura en el mejor de los casos.

En esta situación, el plantear estas cuestiones del cambio del modelo horario es un insulto a la inteligencia, una burda burla, una agresión más de estos serviles del liberalismo zafio y ramplón que además cuentan con el paraguas “intelectual” y la coartada académica de quienes se prestan a sus vergonzantes iniciativas.
Nuestros representantes políticos deben tener como objeto sacar adelante leyes que respondan a necesidades reales de la población, que den respuesta a problemáticas de perentoria resolución. Que yo sepa, no he visto a nadie pedir a gritos que volvamos a un huso horario determinado, no he visto a nadie manifestarse a favor de la GMT. Sí he visto a cientos de miles de personas clamar por sus derechos mancillados, manifestarse en defensa de una educación y sanidad públicas, en contra de la Reforma laboral, en contra del recorte de las pensiones y de la ley de Dependencia… He visto a cientos de miles de personas luchar por su dignidad. Claro que a lo mejor todo esto responde a las demandas de la “mayoría silenciosa”; pero, esto nunca lo sabremos, como es evidente.

Pues nada, ya sabéis, tomemos nota no sea que luego pase lo de siempre y entonces solo nos quede el refrán… ¡A buenas horas mangas verdes!

NOTA: De Guindos y el resto de la cuchipanda gubernamental están entusiasmados con el tema; con que, ¡al loro! No vaya a ser que nos pillen con la hora cambiada… una menos en Canarias.

El registrador golpista (o El 18 Brumario de Mariano Rajoy) 31 agosto 2012

Posted by Antonio Rubio Calín in Artículos.
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Que la derecha española tiene una querencia casi enfermiza hacia el totalitarismo es algo, además de demostrado científicamente, que no debería de sorprendernos. Ejemplos hay de sobra en nuestra historia. Huérfana de su correspondiente e históricamente necesaria “revolución burguesa”, que debiera de haberle servido al menos de purga ideológica, nuestra derecha, carpetovetónica, montaraz y trabucaire, siempre ha terminado meciendo la cuna del golpismo (con el inestimable, todo hay que decirlo, apoyo de la no menos montaraz derecha nacida del sietemesino nacionalismo de la periferia ibérica).

Por no remontarnos mucho en el tiempo, el Bienio Negro republicano, 1934-36, aupa al protagonismo político a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y al “Jefe Nacional”, el prócer fascista hispano Gil Robles, que dio su apoyo total e inquebrantable al golpe militar de Franco; no sin antes haber contribuido, la derecha, a la destrucción sistemática de todos y cada uno de los logros de los primeros gobiernos republicanos hasta el año 34 y contribuir de manera decisiva a crear el clima de tensión y crispación social que desembocó en el golpe fascista de 1936 y la posterior Guerra Civil.

En 1851, Karl Marx escribió su determinante análisis sobre el desarrollo de la lucha de clases en la Francia de mitad del XIX: “El 18 Brumario de Luis Bonaparte” *. Al inicio del Capítulo I, Marx se refiere a la afirmación de Hegel sobre el que determinados hechos y personajes de la Historia es como si se repitiesen dos veces, pero añade que lo que en “origen se muestra como tragedia luego se repite como farsa”. Marx se pregunta cómo un personaje de “mente atocinada, grotesco y mediocre” podía haber llegado a asumir el papel de héroe. Él mismo da la clave, situando el conflicto de clase en el centro del análisis.

Pues bien, como afirmaba el gran pensador de Tréveris, nuestra historia esta repleta de repeticiones en tono de farsa, pero no por ello desprovistas de componente trágico y de crueldad infinita. Una de las últimas es la protagonizada por otro personaje “de mente atocinada, grotesco y mediocre”, registrador de la propiedad (esa élite de funcionarios públicos, de sueldos astronómicos, a los que curiosamente nadie señala con el dedo, ni se sabe si toman o no cafelito o leen el periódico, normalmente porque nadie les ve, ni siquiera en su Registro).

Nuestro preclaro registrador, flamante vencedor de unas elecciones democráticas, ha devenido en pocos meses en el “Director” de un claro y riguroso “Golpe de Estado” contra todo lo que huela a derecho social, laboral o ciudadano (Bien es cierto que, hoy en día, nuestros golpistas ya no visten uniforme de matarife con el pecho engalanado de hojalata y se inclinan más por el terno de Armani, las Rayban, y la tablet desde donde deciden el sufrimiento de millones de personas a golpe de especulación financiera según dicte el Mercado y su oráculo, la famosa troika del FMI, UE y BCE.

Llegó el registrador al Gobierno tras ocho años de haber sembrado el país con la semilla de la crispación, la mentira, la insidia y presentándose como la única esperanza frente a la crisis; por cierto, generada por los de su “clase”, banqueros, financieros y especuladores, por sus amos. Y llegó amparando, además, bajo el paraguas de su partido y con la torticera justificación de que los resultados de las urnas todo lo limpian, al mayor número de imputados, corruptos, chorizos, golfos y sinvergüenzas que haya conocido la Historia de España.

Tras el 20 de noviembre de 2011, la “venganza de clase” estaba servida. Ni el registrador, también experto en detectar “hilos de plastilina”, ni sus acólitos han podido superar nunca la ignominia que supuso salir del gobierno como lo hicieron tras la derrota del 2004. Había llegado el momento del ajuste de cuentas.

Todas y cada una de las medidas adoptadas por el gobierno del registrador constituyen un ataque sin precedentes no ya al tímido Estado del Bienestar que con mayor o menor éxito se ha intentado construir en este país desde hace 30 años, sino que son una destrucción planificada y largo tiempo rumiada contra el Estado Social y de Derecho. Derechos sociales, laborales, sindicales, ciudadanos están siendo laminados sistemáticamente. Derechos largamente perseguidos, duramente conquistados (Claro que el registrador y su cohorte de esto nada saben, no participaron de esas luchas ya que vivían “placidamente” la paz de Franco, como dijo en su momento Mayor Oreja). Ataques alabados por su “clase”: banqueros, grandes empresarios, defraudadores y bendecidos por el gran capital y el Dios Mercado.

Una inquina especial siente el registrador por el sector público. Sabe que es pilar fundamental del modelo social con el que pretende acabar. Su Estado no es social, es asistencial y debe ser gestionado por aquellos para los que trabaja con encono, que ya sabrán recompensarle tan grande esfuerzo. Y así mientras hachazo tras hachazo se ceba en los empleados públicos, ni una sola medida que afecte a los grandes capitales, a las grandes fortunas. Suprime derechos, elimina pagas y rebaja salarios, sube el IVA, pero perdona a los evasores de capitales, no toca ni un céntimo de las subvenciones de la Iglesia Católica y obliga pagar los medicamentos a los pensionistas. ¿Medidas necesarias? No, conflicto de clase.

El mantra “hacemos lo que tenemos que hacer, aunque no nos guste” envilece si cabe más la acción de gobierno, o el “Diktat” al que nos vienen sometiendo. Sí les gusta lo que hacen; les delata el gesto, por más que lo imposten. Dice, dicen todos a coro, en una letanía perfectamente aprendida, que lo hacen por el bien del país, no es verdad: el capital no tiene patria. Dicen que legislan para toda la ciudadanía, no es verdad: Legislan para su “clase”.

El registrador es disciplinado, hace lo que le mandan; servil con el poderoso y prepotente y cruel con el débil. Al igual que Luis Bonaparte, Napoleón III, fue un pelele en las manos de Bismarck, nuestro registrador lo es en manos de otra “prusiana”, ese remedo de la Thatcher (otra vez la tragedia y la farsa) llamada Merkel y de su Bundesbank, y de ese delincuente al frente del BCE llamado Draghi.

Nuestro registrador ya tiene su “18 Brumario”, sólo nos queda esperar que, al igual que Luis Bonaparte, también tenga su particular “Batalla de Sedán”, tras la cual el emperador francés fue depuesto por las fuerzas de la Tercera República y murió en el exilio. ¿Quién sabe?

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* El 18 de brumario del año VIII hace referencia a una fecha del calendario republicano francés, coincidente con el 9 de noviembre de 1799 según el calendario gregoriano. En esa fecha, Napoleón Bonaparte dio un golpe de Estado que acabó con el Directorio, última forma de gobierno de la Revolución francesa, e inició el periodo conocido como Consulado. Durante mucho tiempo, se ha relacionado esta fecha (18 de brumario) con el concepto de golpe de Estado, y así es utilizada por Marx en su obra El 18 Brumario de Luis Bonaparte, donde hace un análisis riguroso de las circunstancias que hicieron posible el ascenso de este personaje hasta convertirse en emperador de Francia.

Luis Bonaparte, sobrino de Napoleón, tomó el cargo de presidente de la República francesa el 10 de diciembre de 1848. Aspirando ya abiertamente al Imperio, disolvió el Parlamento Legislativo y el Consejo de Estado mediante el golpe de Estado del 2 de diciembre de 1851 y detuvo a numerosos diputados. Se declaró el estado de sitio en 32 provincias y los dirigentes de los Partidos Socialista y Republicano fueron expulsados del país. La Nueva Constitución, que se adoptó el 14 de enero de 1852, otorgó todo el poder al presidente, y el 2 de diciembre de 1852 Luis Bonaparte fue proclamado Napoleón III, emperador de Francia.

Miserables 7 marzo 2012

Posted by Antonio Rubio Calín in Artículos.
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No por esperado ha sido menos ofensivo, me refiero al desembarco de los “populares” en el Gobierno de España. Signos había, y experiencias de la misma cuerda algunos las llevamos sufriendo ya bastantes años, demasiados. Cuando en diciembre de 2010 el Gobierno del indolente y diletante Ramón Luis Valcárcel dio el visto bueno a una de las mayores agresiones perpetradas contra los derechos sociales, laborales y sindicales de los empleados públicos murcianos, la Ley de Medidas Extraordinarias conocida popularmente como “Tijeretazo”, algunos ya advertíamos de que la Región de Murcia se convertía en laboratorio del experimento neoliberal “pepero”. Que el paso del tiempo y los acontecimientos nos hayan dado la razón no tiene mucho mérito: se les veía venir. En mayo de 2011 fueron los ayuntamientos y las comunidades autónomas, en noviembre, coincidiendo con el aniversario de la desaparición del dictador Franco, sus herederos ideológicos se hicieron con el poder político, esta vez por medios democráticos. La abrumadora mayoría parlamentaria del Gobierno empero no legitima para acabar con lo que tantos años costó construir desde el erial de la dictadura; tampoco la crisis provocada por los mismos que se referencian en el ideario conservador es coartada; la venganza de Friedman contra Keynes como gusta decir un amigo, venganza de clase, colijo yo.

Las primeras medidas aprobadas por el Gobierno del hasta entonces sesteante Rajoy apuntaban y olían a venganza; y como siempre los empleados públicos en la diana, que para eso tertulianos de variado pelaje, medios de comunicación y demás carcunda llevaban bramando contra los privilegios de esa casta de vagos y creando el clima social propicio para que ese primer rejonazo contra la base misma del Estado del Bienestar tuviese la mínima contestación social. No estaría de más recordar que cuando se vilipendia, ataca y denigra al empleado público (docentes, personal sanitario, asistentes sociales, etc.) en realidad hacia donde se dispara es al corazón del Estado Social y de Derecho: los servicios públicos, ese trozo de tarta tan apetecible sobre el que revolotean los buitres de siempre. El siguiente rejón, el desmantelamiento de la estructura jurídica de las relaciones laborales de nuestro país, asentada tras decenios de lucha sindical, negociación colectiva  y diálogo social (eso que algunos torticeramente llaman “paz social”). Y para ello qué mejor que desprestigiar a quienes en estos momentos representan el último baluarte de resistencia frente al envite privatizador neoliberal: los sindicatos, en concreto el sindicalismo de clase representado por CCOO y UGT. Y de nuevo la caverna a bramar (con inestimables ayudas quinceemeistas).

Frente a tanto desatino, el proceso de movilizaciones emprendido a raíz de la aprobación de la “Ruptura Laboral” parece haber empezado a despertar a la adormecida sociedad española. El 19 y el 29 de febrero han sido hitos de participación  y respuesta ciudadana a la convocatoria de los dos sindicatos mayoritarios como hacía tiempo que no veíamos; también lo será el 11 de marzo, en el camino hacia la Huelga General que a todas luces se convocará para finales de mes.

Es en este proceso donde se ha producido el destape de las verdaderas esencias autoritarias de nuestros actuales gobernantes. Empezando por su líder, Don Mariano, intentando convocar él mismo la huelga general ante la agresión que ya rondaba por su descansada mente. Y seguido por el resto de la camada ministerial. De Guindos, el exLehman Brothers, rumiándole servilmente al comisario Rahn la agresividad con la que nos iba a dar otra vuelta de tuerca y garantizándole de paso el orgasmo ideológico. Las rotundidades declamatorias de Soraya y Cospedal (nunca hay que fiarse de quien no mueve los labios al hablar: Remember Aznar), las bravuconadas del otrora mediático Wert en el Congreso y por último, last but not least, el ministro (de la porra) Fernández Díaz, neoconverso a la espiritualidad OpusDeística, para quien Dios es el supremo legislador y conductor se sus acciones, entra las que me imagino que figurará la de mandar aporrear a peligrosos estudiantes  y adolescentes. Aunque puestos a repartir estopa, debería de tomar ejemplo del fundador de su secta en eso de arrojar a latigazos a los mercaderes del Templo y aplicarle la medicina a los que hoy campan por sus respetos y convierten nuestras vidas en acciones de bolsa.

Y estos por citar a los del candelero, porque entre los de bajo tono tampoco hay desperdicio aunque de momento se limitan a secundar las arremetidas de la guardia de corps, con Monseñor Gallardón a la cabeza.

Nunca aceptaron la derrota del 2004, abandonaron el gobierno mintiendo y mintiendo y crispando a la sociedad lo han vuelto a recuperar, con la inestimable ayuda de un partido socialista cada vez menos partido y menos socialista. No han dudado en salir a la calle con sus obispos, con sus “pro-vida”, con “sus víctimas” y ahora se escandalizan y rasgan las vestiduras porque el 11-M CCOO y UGT, pero también multitud de colectivos, asociaciones y organizaciones sociales, entre las que se incluyen la mayoritaria Asociación de Víctimas de los Atentados del 11 de marzo que lidera Pilar Majón, han decidido volver a salir a la calle ese día para reclamar la dignidad y los derechos que nos quieren usurpar con su Reforma Laboral. Ellos, que han hecho de la indignidad bandera, nos llaman indignos, y el que más, el neoconverso ministro Fernández.

Tenemos razón y nos sobran las razones frente a quienes nos quieren callados y atemorizados.  Abyectos y taimados personajes…MISERABLES.